noche en el museo

apacigüe de la esmeralda gorilla desvestido en obsidiana
alrededor de piedras preciosas cada una— con su propia pesantez.
vida o museo obra o realidad
te vibra el teléfono— no, por favor. no contestar
le confieso ese día, yo, contesté
santo Dios que me arrepiento ese día yo, te miré
te vi a los ojos vida en todo tu furor
la aguja sin detenerse la frialdad del reloj la flecha que no se corrige la paz que se desordena
dichado tú de poder ver el apacigüe de la esmeralda— folclor de la vida y néctar de esperanza.
habrán distracciones, habrán detenciones
pero fíjate tú, en tan bella esmeralda.
delicada y fina geométrica y lisa
todo un regalo de tu vida.
concédeme no perdermela otra vez en mi trote y navegar concédeme tú, poder siempre mirar
ojos distantes pero presentes mirada con amor pero con madurez el regalo de la vida que se nos presenta paso a paso
con o sin envoltorio
amanece en cinco minutos chico, camina tú, al auditorio.